Enhorabuena!!! A todo nuestro Grupo Joven. El viaje organizado a Sevilla con motivo de la Coronación Canónica de María Santísima de la Paz (ya Coronada) ha sido todo un éxito. Estuvo bien organizado, con amplios horarios para poder disfrutar de la capital hispalense y de la tremenda jornada vivida por todos los desplazados a dicha ciudad. Hubo también sorpresas. Todos los viajeros fueron obsequiados con un pequeño picnic (detalle que nuestro Grupo Joven quiso tener con todos ellos) formado por un bocadillo y una lata de refresco. Dentro, también iba una mapa de Sevilla con el Itinerario diseño de nuestra Vocalía de Comunicación y Redes Sociales, junto a estampas de Nuestro Señor del Rescate. Obsequios que no son gran cosa. O sí, depende de los ojos con los que se miren. Pero que hicieron esbozar una sonrisa en todos los que nos acompañaban, ya que no se lo esperaban.
Os dejamos con una crónica de nuestra hermana Patricia Mesa, verdadera artífice de esta propuesta, que ha sido todo un éxito. Enhorabuena, Patricia. #SomosRescate
CRÓNICA DEL VIAJE A LA CORONACIÓN CANÓNICA DE MARÍA SANTÍSIMA DE LA PAZ – SEVILLA
Salimos de Granada a las 8.30h. del día 1 de octubre, desde los Jardines del Triunfo, después de pedir a la Señora que nos protegiese durante el trayecto hasta Sevilla.
La primera parada la hicimos en Aguadulce, donde paramos a tomar café. Ahí, aprovechamos para darles a nuestros compañeros de viaje las bolsitas del picnic. En dichas bolsas incluíamos un bocadillo y un refresco, unas estampas del Señor del Rescate, un plano de Sevilla y el Itinerario dela Procesión de Vuelta al porvenir, (diseño de nuestro hermano cofrade Francisco Abuín, Vocal de Comunicación y Redes Sociales de la Cofradía, al que agradecemos todo el trabajo de diseño, creatividad y difusión publicitaria del viaje. Gracias.) La gente quedó muy contenta, ya que no se esperaban ese detalle. Pero es que nosotros «somos así».
Llegamos a Sevilla sobre las doce del mediodía y el conductor, que se portó extraordinariamente tal y como era menester dado el acontecimiento al que viajábamos, nos dejó en el Hotel Macarena. De ahí, nos fuimos todos directamente a la Basílica de la Macarena, que estaba como siempre, a rebosar, ya no solo por visitar a la Virgen sevillana, si no porque daba la casualidad de que había una boda. (la novia, por cierto, se llama Macarena). Tanto por el Camarín como por la Capilla de El Señor de la Sentencia, no dejaba de pasar gente. Él vestía la túnica que sacó hace un par de años en la madrugá, la Malva y Plata. El adorno floral en clavel rojo adornado con pequeñas flores blancas.
Ella, la que es para muchos La Madre de Sevilla, vestía uno de sus típicos mantos verdes y todo el exorno floral en tonos blancos. El Camarín recién remozado, ya tenía disponible el acceso a minusválidos. Allí, y en memoria y pidiendo por todos nuestros hermanos cofrades del Rescate y de tantos hermanos de otras Cofradías y Hermandades de Granada como nos acompañaron en este viaje, pusimos mi hermana Beatriz y yo, unas velitas en señal de agradecimiento. Una verde para Ella y una morada para el Señor.
De ahí, nos fuimos a la Basílica del Gran Poder, en la que igualmente no paraba de entrar gente a saludar personalmente al Señor de Sevilla. Curiosidad, también había una pareja de recién casados en la Plaza de San Lorenzo. El Señor nos esperaba con seis ramos de claveles rojos a sus plantas. Detalles del pueblo, para el Gran Poder sevillano.
Pasamos por su Camarín, deseando que todo saliese bien, y haciéndole una promesa-petición (regresar el día 5 de noviembre, para ver al Gran Poder en su Extraordinaria). Tenía el Señor un clavel rojo al lado del talón, cosa que nos recordó muchísimo a nuestro Besapie, cuando el Rescate deja entrever un rojo clavel a sus pies, escondido tímidamente bajo su túnica. Y nos quedamos a escuchar la Santa Misa, hasta que terminó y cerraron la Basílica a eso casi de las 2 de la tarde.
Nos dio tiempo a ir después al Salvador, para ver a Pasión, que lo pillamos de milagro ya que estaban a punto de cerrar, pero muy amablemente nos dejaron pasar a ver al Señor tras decirles que veníamos de Granada con un viaje organizado. Damos gracias a dichas personas, por dejarnos pasar y poder estar un rato con el Señor de Pasión.
Luego, tiempo libre para el almuerzo, y luego, casi dos horas antes de la salida de María Santísima de la Paz, ya estábamos en la puerta de Palos de la Catedral sevillana, esperando ya la salida de la Paz, ya Coronada. Unos treinta y cinco grades de temperatura. Hora punta en Sevilla, con lo que respecta al punto más álgido de calor durante el día.
Y bueno, no tardó mucho en salir la Hermandad del Porvenir, para comenzar su Procesión de Vuelta a casa. Puntual, como un clavo, a las 16:45 ya estaba la Cruz de Guía en la puerta, precedida por la Agrupación Musical de la Encarnación de Sevilla, San Benito.
Arrancó sus sones al ritmo de la marcha Nuestro Padre Jesús de la Victoria, al que acompañan cada Domingo de Ramos. Filas de hermanos vestidos protocolariamente. Niños con camisa blanca y pantalón oscuro, y las niñas todas con vestido.
Y tras casi media hora de reloj, apareció el precioso palio de plata, malla y manto liso de tisú blanco, de la Virgen de la Paz y entonces, se hizo el silencio. Seis ciriales, pertiguero, incensarios y navetas precedían al paso de la Reina del Porvenir, ya Coronada. Fue un silencio de respeto, parecido al que Sevilla presenta a las 4 de la tarde un día de agosto. Pero esta vez, era de respeto. De expectación. De que Sevilla, toda la ciudad, y todos los que allí nos encontrábamos, sabíamos que la Paz Coronada iba a tomar la ciudad en unos pocos metros y nadie se quería perder ni un detalle. Ni un solo movimiento del palio gótico y adornado con un exorno elegante de nardos, que hacía que todo oliese a la misma gloria bendita. Ese techo de malla, que luego fue bordado por cientos de pétalos, durante varios momentos de la tarde que estaba por comenzar.
Las Campanas de la Giralda empezaron a repicar de alegría, y todos los presentes allí, rompimos a aplaudir. Fue un aplauso distinto. No sabría como describirlo. Pero esas palmas sonaban distintas. Y la Banda de Música de Santa Ana de Dos Hermanas comenzaba la tarde por derecho, con el Himno de España.Después, la marcha de Coronación y a continuación Virgen de la Paz. Reviró hacia la izquierda, muy suavemente y de manera elegante, y fue entonces cuando una marea humana de gente nos invadió. Pasamos en unos instantes mientras el palio se acercaba hasta nosotros, de poder movernos, a parecer sardinas enlatadas. Poco importaba. Allí lo importante era Ella.
Llevaba toda su candelería encendida. Un ascua de Paz que se derramaba por Sevilla y eso no había hecho más que comenzar. Chicotá larga, y paró justo delante de la Giralda.Y a disfrutar, de aquellos mágicos momentos. La vimos marcharse, alegre y jovial, como una Reina recién coronada que marcha para su casa. Fueron momentos muy bonitos, y que agradecemos a la Cofradía del Rescate por habernos permitido organizar este viaje, el cual me ha hecho muchísima ilusión a mi personalmente por el trabajo realizado para organizarlo, y a todos los que pudimos hacer el viaje, por haber sido participes del mismo. Gracias!!!
Una vez que la Paz se marchaba y el gentío se iba poco a poco difuminando, nos marchamos a la otra Sevilla. Que ya no es Sevilla, como gustan decir las gentes de la otra orilla de la Ciudad. Triana. Cruzamos el puente, y es verdad, que la sensación es la de estar en otra parte.
Visitamos en Pureza a la Esperanza de Triana que vestía saya burdeos y manto oscuro tirando a morado, y el Señor de las Tres Caídas que vestía túnica color vino. Él tenía flores rojas en su exorno, y Ella, como no, blancas a reventar.
La Capilla de los Marineros estaba llena de gente. No era menos de esperar, estando la ciudad como estaba, repleta de visitantes, que con los que se habían echado a las calles, hacía especial la jornada por las calles hispalenses.
Luego fuimos a ver a La O. Impecable y a la espera de que lleguen sus días grandes y su salida extraordinaria del 29 de octubre.
El Señor Nazareno vestía túnica morado nazareno y su capilla estaba adornada con claveles, salpicados con unas pequeñas flores moradas y una especie de margaritas blancas que daban un efecto precioso. Ella, vestía saya blanca y manto burdeos con bordados dorados. Elegante. Tenía dos centros de claveles blancos y un pequeño ramo en el centro.
Más tarde, marchamos hasta la Capilla del Cachorro en la Basílica del Patrocinio para poder ver al Santísimo Cristo de la Expiración y a la Señorita de Triana, La Virgen del Patrocinio, pero no pudimos pasar, ya que curiosamente (otra vez) había una boda, y la Iglesia estaba repleta hasta las mismas puertas. Nos conformamos con poder ver al Señor desde la distancia.
Y vuelta al Puente de Triana, donde descansamos un buen rato y esperamos para poder ver la puesta de sol, preciosa y donde por cierto (otra vez) había una pareja de novios haciéndose fotos. Era el día de «Encuentrate 800 Bodas en Sevilla». La Paz no solo salió a Sevilla a pasearse, si no también a bendecir todos estos matrimonios.
Volvimos a coger al palio plata de la Paz a la altura del Arco del Postigo, donde un cordón policial y de Protección Civil trataba de mantener y contener a la marea humana en que se había convertido la bulla que llevaba Ella delante del paso. Las representaciones y la banda de cabeza ya se habían marchado y el paso avanzaba firme precedido por una nube de incienso, por donde llegó la Paz Coronada a la calle Tomás de Ibarra, donde nos incorporamos a la bulla.
La gente, respetuosa y sabiéndose comportar en lo que es una bulla, dejaban andar, sin pisotones ni empujones, y disfrutamos un montón metidos en aquella impresionante bulla. Eso sí. O te caían pétalos de flores, o cera de los ciriales, o ambas cosas.
Cuando reviró hacía la calle Santander, pasó muy elegante y sin tirones con la marcha Pasa la Virgen Macarena y yo allí casi me muero de lo que me entró. El «pellejometro» se me disparó. Fue uno de los momentos más emotivos de aquella jornada, al margen de los vividos con todos los que nos acompañaron en este viaje. Y ya estuvimos un rato más con ella por la Avenida de la Constitución donde la dejamos ya marchar para su casa, El Porvenir.
Nos fuimos a cenar y a esperar en Torre del Oro al autobús para comenzar la vuelta a Granada. No quiero terminar esta crónica sin dar antes las gracias a Autocares González y personalmente a José González por el trato que en todo momento nos han dispensado. Al conductor del autocar. Y a todos los que nos habéis acompañado en este viaje. Gracias por compartir con nosotros esta experiencia. Y deciros, que estéis atentos, pues desde el Grupo Joven del Rescate estamos preparando algo muy bonito, para seguir compartiendo con vosotros momentos cofrades, que son lo que realmente nos une como «hermanos en Cristo y en su Bendita Madre María», más allá de advocaciones y cofradías.
Nosotros #SomosRescate… pero en el fondo, ¿quién no lo es?
Patricia Mesa, cofrade del Rescate y miembro del Grupo Joven de la Cofradía.